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CÓMO REDUCIR LOS EFECTOS DEL VIH/SIDA EN EL PERSONAL DE ENFERMERÍA Y OBSTETRICIA


INTRODUCCIÓN
El personal de enfermería y obstetricia constituye la mayoría de los trabajadores
de atención de salud en casi todos los países y desempeña una función
vanguardista de atención que le pone en estrecho contacto con la sangre y
otros fluidos corporales de los pacientes. Esto sitúa a ese personal en peligro
de contraer el VIH/SIDA, la hepatitis B (VHB), la hepatitis C (VHC), y otras
infecciones como la tuberculosis. Si bien es relativamente pequeño, este riesgo
va unido a reducciones y escaseces de personal previas a la reestructuración
de los servicios de salud en muchos países, la falta de equipo básico de protección
del personal o materiales de limpieza en otros países, y el alarmante
aumento del número de personas que padecen el VIH/SIDA. Más aún, el
resurgir generalizado de otras enfermedades contagiosas, como la
tuberculosis, ha añadido una nueva dimensión al aumento de los riesgos
ocupacionales.


Con frecuencia, el verdadero panorama de las infecciones adquiridas en el
ejercicio de la profesión, como el VIH/SIDA, la hepatitis B y la hepatitis C se
desconoce porque los trabajadores de atención de salud no comunican todos
los datos. Diversos factores afectan a la comunicación de datos sobre la exposición
a las agujas de inyecciones y otras, entre ellas el temor a las medidas
disciplinarias, la falta de conocimientos, una documentación o formación
inadecuadas y el error humano.1


El creciente número de personas con VIH/SIDA y el estigma social asociado a
esa enfermedad generan muchas veces, entre el personal de enfermería y obstetricia,
miedo y una percepción exacerbada de riesgo de infección en el
lugar de trabajo, mientras que posiblemente no se expresa el mismo nivel de
preocupación en relación con el riesgo sexual. Las enfermeras y matronas,
igual que las demás personas, pueden correr riesgo de contraer la infección
del VIH, de la VHB y de la VHC por su comportamiento personal o por
circunstancias de la vida. Sin embargo, los riesgos disminuyen considerablemente
si se actúa con precaución en los comportamientos personales y en el
lugar de trabajo.

Para cumplir su función de defensoras de un entorno más seguro de trabajo y
del bienestar socioeconómico del personal de enfermería, las asociaciones
nacionales de enfermeras (ANE) han de conseguir que los ministerios de sanidad,
los empleadores y las enfermeras gestoras se responsabilicen de la protección
del personal contra las infecciones del VIH, el VHB, el VHC y la tuberculosis en los contextos de atención de salud. También deben asegurarse de
que se aplican las políticas adecuadas de cuidados, asesoramiento y compensación
de los trabajadores y unas asignaciones de trabajo adecuadas para
el personal de enfermería y obstetricia que ha contraído el VIH u otras
infecciones.

A lo largo de los años, el CIE se ha preocupado cada vez más del riesgo de
las infecciones de VIH/SIDA, VHB y VHC y la tuberculosis en el personal de
enfermería y obstetricia y de la repercusión que esto puede tener sobre la
profesión en todo el mundo. Así se refleja en las declaraciones de posición
del CIE sobre el VIH/SIDA y sobre el Bienestar social y económico del
personal de enfermería. Para abordar estos problemas, el CIE ha:

1. adoptado una resolución sobre el personal de enfermería seropositivo.

2. Elaborado una declaración de posición acerca de El impacto del
VIH/SIDA sobre el personal de enfermería y obstetricia.

3. Preparado y distribuido unas Directrices para reducir los efectos del
VIH/SIDA en el personal de enfermería y obstetricia.

4. Reunido un grupo especializado para examinar la repercusión del
VIH/SIDA en el personal de enfermería y obstetricia, y para presentar
recomendaciones y directrices para la acción destinadas a las ANE y
otros.

5. Establecido contactos con la Red mundial de la OMS para la seguridad de
las inyecciones.

El Grupo especializado del CIE confirmó que, para prevenir la exposición profesional
al VIH y otras infecciones de transmisión sanguínea y para garantizar
una adecuada atención de salud y compensación de los trabajadores, es
necesaria la responsabilidad compartida y la colaboración de los legisladores,
los empleadores, las ANE, las enfermeras gestoras y el personal de enfermería
y obstetricia directamente involucrado en la prestación de atención de
salud. Los actos y las funciones que cada uno desempeña influyen en la
medida en que disminuirá o aumentará el riesgo de infecciónde VIH en el
lugar de trabajo.
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